
¿Qué es la Anisakiasis?
La anisakiasis
es la enfermedad ocasionada por la infección de gusanos Anisakis. Aparece con
frecuencia en áreas del mundo en las que el pescado se come crudo o ligeramente
salado o condimentado. Las áreas con mayor nivel de ocurrencia son: Japón (tras
comer sushi o sashimi) donde se contabilizan el 95% de los casos de esta
enfermedad que se producen en el mundo, Escandinavia (por el hígado de bacalao),
los Países Bajos (por comer arenques infestados y fermentados, llamados maatjes),
y a lo largo de la costa pacífica de Sudamérica (por comer ceviche).
Los anisákidos plantean un riesgo para la salud humana en dos
sentidos: a través de la infección
mediante gusanos al comer pescado no elaborado y mediante reacciones alérgicas
a las sustancias químicas que los
gusanos dejan en el pescado.
Las larvas de anisakis, pasan activas al aparato digestivo humano al
ingerir pescado crudo o poco cocinado.
La anisakiasis humana es un problema de salud pública cuya incidencia está aumentando en los últimos años, siendo las medidas preventivas esenciales para controlar la enfermedad. Así, las pautas para la reducción del riesgo deben abarcar toda la cadena alimentaria, desde las prácticas durante la captura y posterior manipulación, los tratamientos tecnológicos de los productos procesados, hasta las recomendaciones dirigidas al consumidor y a la restauración colectiva, como eslabones últimos de la cadena, en los que también se debe apoyar la prevención.
¿Qué síntomas provoca la anisakiasis?
La anisakiasis humana es un problema de salud pública cuya incidencia está aumentando en los últimos años, siendo las medidas preventivas esenciales para controlar la enfermedad. Así, las pautas para la reducción del riesgo deben abarcar toda la cadena alimentaria, desde las prácticas durante la captura y posterior manipulación, los tratamientos tecnológicos de los productos procesados, hasta las recomendaciones dirigidas al consumidor y a la restauración colectiva, como eslabones últimos de la cadena, en los que también se debe apoyar la prevención.
¿Qué síntomas provoca la anisakiasis?
Horas después
de la ingestión de las larvas del parásito, pueden aparecer dolor abdominal, náuseas
y vómitos.
A veces, se llega a expulsar las larvas tosiendo. Si las larvas pasan al
intestino, puede producirse una severa respuesta, incluso 1 o 2 semanas después
de la infestación.
El diagnóstico se puede lograr mediante examen gastroscópico
durante el cual se visualizan y eliminan las larvas, o mediante
examen histopatológico del tejido retirado en la biopsia o la cirugía.
Reacciones alérgicas
Recientemente científicos españoles alertan sobre los casos de alergia al anisakis ya que están repuntando. Investigadores de varias universidades españolas han detectado un incremento del número de larvas de este parásito.
En 1995 se describió en España el primer caso de alergia grave a
Anisakis ( Audicana et al., 1995) y desde entonces se han descrito centenares
de casos de alergia al parásito Anisakis simplex, habiéndose convertido
en un antígeno más a incluir en las baterías habituales de pruebas para el
estudio de la alergia alimentaria, la anafilaxia e incluso la alergia a
medicamentos cuando se descartan los supuestamente implicados.
Las manifestaciones clínicas varían desde urticaria y/o angioedema
que están presentes en todos ellos, hasta casos de choque anafiláctico grave.
Afortunadamente la mayoría de los casos presentan clínica exclusiva de tipo
cutáneo urticaria/angioedema, otros pueden asociar síntomas respiratorios,
digestivos y los más graves mareo y pérdida de conciencia. A estos últimos
casos más graves se les conoce como anafilaxia, y suponen aproximadamente una
cuarta parte de todos los afectados. Los primeros síntomas aparecen de forma
rápida, en las primeras seis horas, la mayoría de los casos en los primeros
sesenta minutos. Incluso bien cocinado,
el Anisakis plantea un riesgo para la salud de los humanos. Los
anisákidos (y especies relacionadas como el gusano de la foca, Pseudoterranova,
y el gusano del bacalao Hysterothylacium aduncum) liberan una serie de
productos bioquímicos en los tejidos que los rodean cuando infectan a un pez.
Estos productos pueden consumirse junto con el pescado.
La alergia al Anisakis puede confundirse con alergia al propio
pescado. Hoy en día existen pruebas diagnósticas que ayudan a confirmar un diagnóstico
de sospecha. Sin embargo, dado que algunos componentes alergénicos de los
anisákidos son comunes a otros alérgenos (ácaros, mariscos...) es posible que
algunas pruebas no tengan un valor claro y se comporten como falsos negativos.
Los humanos no son el hospedador definitivo de Anisakis
sino un fondo de saco del ciclo, ya que las larvas de anisákidos y Pseudoterranova
no pueden sobrevivir en los humanos y al final mueren. En consecuencia, en la
gran mayoría de casos el tratamiento es sintomático. La única indicación para
el tratamiento es una pequeña obstrucción intestinal debida a la larva de Anisakis,
que puede requerir cirugía de urgencia, aunque existen casos en los que el
tratamiento con albendazol (evitando la cirugía) ha resultado exitoso.
¿Cómo podemos evitar el anisakis?
A pesar de que se han intentado varias estrategias para inactivar
las larvas antes de su consumo, el
congelado rápido a una temperatura inferior a -20 ºC, durante al menos 48
horas y la cocción a temperaturas superiores a 60ºC, durante al menos 2 minutos
(en el interior de la pieza de pescado), parecen seguir siendo las medidas más
eficaces para evitar la parasitación en humanos.
El
Reglamento (CE) Nº
853/2004 del Parlamento europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2004,
relativo a la higiene de los productos alimenticios, establece la obligación de que los operadores que
comercialicen productos de la pesca crudos o prácticamente crudos, sometan a
esos productos a congelación a -20 ºC durante un periodo de al menos 24 horas.
En el Real
Decreto 1420/2006, de 1 de diciembre, se fija la obligatoriedad, para los establecimientos
que sirven comida, de someter todos
los pescados que se vayan a servir en crudo o casi crudos a un ciclo de
congelación de 24 h. a una temperatura igual o inferior a -20°C. Esto incluye
productos de la pesca que han sido sometidos a un proceso de ahumado en frío en
el que la temperatura central del producto no ha sobrepasado los 60°C.
Igualmente estarán obligados a garantizar la congelación en las mismas
condiciones si se trata de productos de la pesca en escabeche o salados,
cuando este proceso no baste para destruir las larvas.
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